Reconozco que no soy objetiva al escribir esta entrada pues son demasiados los recuerdos que me vienen a la cabeza. Muchos años de mi infancia y de mi vida pasando en esta ciudad fríos y divertidos días en familia. Y siempre con una idéntica sensación: la de saber que volvería pronto. Ahora que las visitas son menos frecuentes y están invadidas de una inevitable nostalgia, ese volver pronto se convierte en deseo. Y las ganas de salir a pasear por sus calles, de parar a tomar un tigre en la Cabaña o de recordar miles de momentos y de anécdotas, se multiplican con cada escapada a Burgos. Para los que no hayáis visitado nunca esta ciudad, aprovechad que este año es la Capital Española de la Gastronomía. Querréis volver, seguro.
Me desmayé de placer con esas tapas de huevo y chorizo o morcilla. Que deliciosas se ven!
ResponderEliminarDeliciosas ¿verdad? Y su nombre de lo más descriptivo: cojonudos.
EliminarMe parece un plan estupendo para un fin de semana. Seguro que convenzo a mi marido porque con esas tapitas...
ResponderEliminarSi necesitas más argumentos gastronómicos para convencerle proponle un buen lechazo, no podrá decirte que no ;-)
EliminarAhora, que está de moda Isabel la Católica, puede hacerse una ruta por la Cartuja, erigida para enterrar a sus padres y hermano; la catedral, donde casó a su único hijo varón o la Casa del Cordón, donde recibió a Colón al regreso de su segundo viaje a América
ResponderEliminarMuchas gracias por todas las ideas, Jose. En un par de semanas voy a tener la suerte de disfrutar de una Vuelta Abierta a una ciudad bretona de cuyo nombre no puedo acordarme ;-) A la vuelta te cuento. Un beso
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