viernes, 20 de julio de 2012

Laponia (Finlandia)

En plena ola de calor, con los termómetros anclados en los 40 grados, nada apetece más que quedarse en casa con el aire acondicionado y una cerveza fresquita hasta que se ponga el sol y la noche nos dé un respiro. ¿Qué mejor que aprovechar para volver a ver viejas fotos y recordar algún viaje pasado? En esta ocasión elijo mi aventura lapona, con temperaturas que no superaban los -15ºC y días que sólo tenían tres o cuatro horas de luz. Quién los pillara ahora... Los paisajes dominados por un interminable y sobrecogedor color blanco son el escenario perfecto para montar en motonieve o en trineos tirados por renos o por huskies (mucho más rápidos que los primeros). Y el destino ideal para los aficionados al esquí y a otros deportes de invierno que quieran probar qué se siente bajando una pista por encima del círculo polar ártico. No dejes de probar sus sopas de patatas y estofados de reno para entonarte después de un día en pleno invierno finlandés. Ni su omnipresente y riquísimo salmón y los tan típicos arenques. Si viajas con niños la casa de Papá Noel en Romaniemi es una visita obligada. Si no es el caso, y a no ser que seas un fanático de la Navidad, puedes saltarte tranquilamente este pequeño parque turístico en el que cobran por todo. Lástima que sea un destino tan caro porque es de esos sitios a los que me encantaría volver.





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