El pequeño pueblo pesquero de Moeraki esconde uno de los lugares con más magia que he tenido la suerte de visitar en toda mi vida. Se trata de Koekohe, una inmensa playa salpicada por enormes rocas esféricas de hasta tres metros de diámetro que se calcula que llevan allí alrededor de 60 millones de años. Aunque la leyenda maorí dice que estas rocas son restos de calabazas procedentes del naufragio de la canoa Araiteuru, hoy parece estar claro que los autores de esta obra no han sido otros que las olas, el viento y el tiempo. Una parada obligatoria en Nueva Zelanda cerca de la cual se se encuentran también Shag Point, donde encontrarás leones marinos, y el pueblo de Oamaru, donde podrás ver pingüinos, eso sí, sólo si llegas dos horas antes de la puesta de sol. Un lugar para volver.
¡Que lugar más fotogénico! Es increible pasear por esa playa y desconectar de todo.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirlo con otros viajeros.
Manel y Cristina
Gracias a vosotros por vuestro comentario :-) Efectivamente no es necesario tener mucho arte con la cámara, las fotos salían solas. Nos ha costado elegir con cuáles quedarnos para esta entrada. Un saludo
Eliminar¡Que curiosas esas piedras! Un sitio genial para perderse, lo apunto a mi (abultada) lista de viajes...
ResponderEliminarLo rápido que crece esa lista ¿verdad? ;-) Gracias por tu comentario. Un saludo
EliminarNo me puede gustar más tu blog. Adoro viajar y por supuesto te invito a que conozcas el mío. Un besote. Estamos en contacto.
ResponderEliminarbelongtotheworld21.blogspot.com
Muchas gracias, Elena. Ahora mismo me paso a conocerlo. ¡Muchas gracias por tu cariñoso comentario!
Eliminarespectacular la playa y muy bueno el artículo. os dejo enlace de mi pagina web de marketing hotelero y reputación hotelera. muchas gracias
ResponderEliminarwww.reputacionhotelera.es