La playa de Galizano no es sólo un paraje de belleza mágica. Es también uno de esos lugares donde lograrás entender a la perfección el sistema de mareas. Si llegas cuando la marea está baja tendrás que recorrer cientos de metros hasta llegar a tocar el agua. Y una vez en la orilla con sólo girarte y dar la espalda al mar entenderás cómo esa planicie en la que te encuentras y que ves ante tus ojos estará cubierta de agua en sólo unas horas.
Esta playa cántabra, situada a sólo 36 kilómetros de Santander, surge dentro de un acantilado rodeado de unas enormes paredes rocosas que recuerdan a paisajes australianos o neozelandeses. Desde lo alto de estas rocas se puede divisar al fondo la ciudad de Santander y los barcos que llegan desde Plymouth. La tranquilidad del paraje es otro de los grandes encantos de este lugar en el que el silencio sólo se rompe por el sonido de las olas y de las gaviotas. O al menos en los meses de invierno, cuando tuvimos la suerte de dar con esta playa casi por casualidad. Supongo que durante el verano la situación puede ser algo diferente. En cualquier caso, un lugar para volver.
En las playas bañadas por el mar Cantabrico las mareas son muy vivas y suele haber una gran diferencia entre las mareas. Pero carámba varios kilómetros de distancia!! Eso si que me ha sorprendido!!
ResponderEliminarUn saludo
Carmen
Puedes que me dejara llevar por el entusiasmo... La distancia era asombrosa pero pensándolo en frío no tanto como varios kilómetros. Lo voy a modificar antes de que alguien vaya hasta allí con la tienda y el saco preparados para hacer noche a mitad de camino ;-) Gracias por el comentario, Carmen. Un saludo
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